Operación Falcón el comienzo del fin de un imperio criminal

La operación Falcón, desplegada desde la madrugada del pasado miércoles 8 de septiembre, ha dejado en una situación muy complicada a varios políticos, empresarios y personajes de la farándula.

Más de 60 fiscales y 200 agentes, en 80 allanamientos simultáneos, desarticularon una gran red de narcotráfico y lavado de activos.

De acuerdo con informaciones preliminares dadas a conocer por el Ministerio Público, los integrantes de la red, producto del narcotráfico, adquirieron cientos de propiedades, armas de fuego de guerra, estaciones de combustibles, inmuebles lujosos, fincas, vehículos de altas gamas, prendas, embarcaciones, dealers, discotecas, bancas de apuestas y empresas de entretenimiento.

Además, financiaron campañas políticas apoyando de manera directa a legisladores.

Este gran golpe asestado por el Ministerio Público se dio gracias a labor conjunta con la Agencia de Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, (DEA); en coordinación con la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), y agentes de la Unidad de Comando Especial contra Terrorismo del Ministerio se Defensa.

No obstante, la red desarticulada no es nueva ni reciente. Pues, hasta hoy sabemos que está misma red está vinculada a un alijo de 1,786 kilogramos ocupado por las autoridades de Puerto Rico en noviembre de 2016. Así como a otro alijo de 500 kilogramos de cocaína introducido a Puerto Rico, en diciembre de 2018, y otro de 722 paquetes ocupados por la DNCD en Boca de Yuma en noviembre de 2018.

También, a un alijo de 659 paquetes de cocaína ocupado en Bayahíbe en noviembre de 2018; a 254 paquetes de cocaína ocupados en febrero de 2019, en el tramo carretero de la Autopista del Coral, entre la estación de Peaje Coral II y la rotonda del distrito municipal Verón-Punta Cana.

Como si lo anterior no fuera poco, los arrestados están vinculados a la red de narcotráfico a la que en marzo de 2019 se le ocuparon 1,050 paquetes de cocaína, en la embarcación tipo Go Fast que quedó a la deriva por falta de combustible a unas 50 millas náuticas al norte de Puerto Rico; Y, a dos alijos de 86 y 139 paquetes de cocaína, ocupados por la DNCD en mayo de 2019.

Es decir que, que esta estructura criminal que operaba en la zona norte de República Dominicana, en especial en Santiago, pero con ramificaciones en la región este del país se paseaba en total impunidad desde hace más de 4 años.

Y no fue sino hasta ahora, cuando la delincuencia común se encuentra en su apogeo, cuando vemos derrumbarse el imperio construido por los involucrados que se dedicaban a lavar dinero como resultado y beneficio ilícito por movilizar grandes cargamentos de drogas provenientes desde Suramérica, en especial desde Colombia y Venezuela, hacia República Dominicana, con el fin de llevarlos al territorio continental de Estados Unidos de América, Puerto Rico y Europa.

Quizá porque como dice el refrán: “la justicia tarda, porque cojea, pero llega”.

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