Por: Dilcris Díaz
Desde el 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, ha promovido que cada 10 de septiembre se conmemore el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. El objetivo es concienciar a la población nivel mundial sobre que el suicidio puede prevenirse.
El suicidio es un grave problema de salud pública. Un fenómeno global que afecta a las familias, a las comunidades y a los países. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud cerca de 800 mil personas a nivel mundial se suicidan cada año. Además, por cada muerte por suicidio se estima que hay 20 intentos.
Otro dato preocupante, es que aunque el suicidio se puede producir a cualquier edad, en 2016 fue la segunda causa principal de defunción, en el grupo de 15 a 29 años en todo el mundo. Y no solo se produce en los países de altos ingresos, sino que afecta a todas las regiones del mundo. De hecho, en 2016, más del 79% de los suicidios en todo el mundo, tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos.
No obstante, es prevenible mediante intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos y a menudo de bajo costo. Para que las respuestas nacionales sean eficaces, se requiere una estrategia de prevención del suicidio multisectorial e integral.
Hay que tener en cuenta, que cada vida perdida representa a un amigo, padre, hijo, abuelo o compañero de alguien. Cada suicidio es una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tiene efectos duraderos para los allegados del suicida.
Debemos saber que la sensación de sentirse triste, decaído emocionalmente, y perder interés en las cosas que antes se disfrutaban, es lo que se llama depresión.
Se debe saber que la depresión es una enfermedad, como puede ser la diabetes o la artritis, y no es sólo una sensación de tristeza o de desánimo. Esta enfermedad progresa cada día, afectando pensamientos, sentimientos, salud física, y forma de comportarse.
La depresión no es culpa de la persona que la padece, como tampoco es una debilidad de la personalidad. Es una enfermedad médica que es muy frecuente y puede afectar a cualquier persona.
La depresión causa que la gente se focalice, mayoritariamente, en los fracasos y decepciones.
Sé que a muchos nos consternó escuchar la trágica noticia del coronel de la FARD, Martínez, quien presuntamente se quitó la vida, dejando una carta llena de dolor y tristeza para muchos, donde detallaba qué se debía hacer con cada una de sus pertenencias, con su madre, incluyendo sus perros y sus gatos y las razones por qué lo hizo.
Cada persona padece de situaciones difíciles, con presiones reales y no nos ponemos en el lugar del otro, creyendo que nuestros problemas son peores que los de los demás, sin embargo cuando le vienen esas circunstancias, hay veces que no tienen la facultad para enfrentar dichas situaciones. Por fuera lo vemos normal, alegres, fuertes, hasta de hierro parecen ser, sin embargo, solo la persona en sí sabe lo que le pasa.
Cualquier persona es clave en la prevención del suicidio, ya que todos podemos marcar la diferencia como miembro de la sociedad: como hijo, como padre, como amigo, colega o vecino. Cada día podemos hacer mucho para prevenir los suicidios en nuestro entorno.
En ocasiones se nos acercan amigos para algún deshago o alguna molestia, algún problema o dolor y no le hacemos caso. Decimos: eso no es nada. Nos portamos indiferentes.
Aunque no todos los que sufren depresión llegan al suicidio, se debe de buscar la manera de crear más programas que ayuden a personas que presenten esta terrible enfermedad, que acaba con tantas personas valiosas, que en ese momento no tienen la capacidad de ver el valor que ellas tienen.
Si a tiempo encontrasen un oído escucha que los oriente, es posible que cambiáramos su fin. Todos tenemos el deber y la obligación de ayudar a la prevención de este mal que tanto nos afecta hoy en día.