Que la República Dominicana dedique una semana completa a reflexionar, educar, concientizar y actuar en favor de las personas con discapacidad no es un gesto simbólico: es una declaración de país. La Semana de la Discapacidad 2025, inaugurada por el CONADIS bajo el lema “Hacia un país más inclusivo”, marca un antes y un después en la forma en que entendemos la inclusión como política de Estado y como valor nacional.
Esta semana no surgió de la improvisación. Surge de un proceso sostenido de trabajo, compromiso y reconstrucción institucional liderado por Benny Metz, presidente del CONADIS, quien ha colocado nuevamente en el centro del debate público el derecho de todas las personas a vivir con dignidad, autonomía y participación plena. Metz lo expresó con claridad: “Hemos llevado nuestros servicios a nivel nacional, recuperado la confianza en sectores que estaban distantes y sentado las bases del Plan Nacional de Discapacidad”. Ese logro, en un país donde históricamente la discapacidad ha sido invisibilizada, es monumental.
Las actividades de la semana —misa, ofrenda floral, agenda formativa, encuentros con organizaciones, exposiciones artísticas y el lanzamiento de avances del Plan Nacional de Discapacidad 2025–2035— no son eventos aislados; son una narrativa coherente: República Dominicana está aprendiendo a incluir. Y lo está haciendo con datos, con políticas, con alianzas y con sensibilidad humana.
El valor de esta semana radica en algo más profundo: por unos días, el país entero se detiene a reconocer que la inclusión no es caridad, ni lástima, ni promesas vacías. La inclusión es justicia.
Es democracia.
Es desarrollo.
Es humanidad.
La incorporación de herramientas como la lista breve del Grupo de Washington, la expansión de servicios inclusivos y la apuesta por educación, salud, empleo y accesibilidad muestran que el Estado está entendiendo que las personas con discapacidad deben estar en el centro de las decisiones, no en los márgenes.
Esta semana también nos recordó el poder del arte como puente: la presentación del Teatro Orquestal, protagonizada por personas con discapacidad, fue un mensaje contundente de talento, sensibilidad y ciudadanía plena.
Lo que ha logrado el CONADIS bajo el liderazgo de Benny Metz no es solo institucional. Es cultural. Es ético. Es histórico.
El portal privado oficial en destacar las acciones de las instituciones públicas y de sus funcionarios,
realiza este editorial porque cuando un país decide incluir, no solo transforma la vida de las personas con discapacidad —se transforma a sí mismo.
