No fue al azar que una bandera multicolor se colara en una foto junto a nuestra bandera tricolor, con el máximo emblema de nación que reza: Dios, Patria y Libertad.
No. No fue una foto inocente, de hecho más bien inteligente. Abrir el debate sobre la agenda LGBT en el país es el único objetivo. Provocar un movimiento social que empodere a los homosexuales a mostrar con libertad su preferencia sexual, so pena de calificar de discriminación y agresión a quien les lleve la contraria.
Sería muy simplista catalogar de homofóbicos a quienes consideren ese acto deliberado y temerario un irrespeto. Y muy radicalista que se llama censura a evitar que voces “inclusivas” llenen de dudas las mentes inocentes de nuestros infantes.
Es peligroso abrirle la puerta al debate contrario a que “varón y hembra Dios los creó” y que el matrimonio es “entre hombre y mujer”. Nuestro país ortodoxo castigaría muy severamente sobre todo al mandatario, si los rostros de su gobierno intentan distorsionar el que “todos somos iguales”. Hombre es hombre, mujer es mujer. Cada uno en su rol. Cada uno cumpliendo su propósito.
Ojo señor presidente, póngale ojo. No fue al azar, no fue un accidente. Fue un acto totalmente consciente, capaz de hacerle mucho daño.
