
Con la finalidad de aliviar el congestionamiento en el Gran Santo Domingo, el Gobierno dominicano anunció la implementación de horarios escalonados de entrada y salida laboral a partir del 1 de julio, una medida que busca distribuir mejor el flujo vehicular en las horas pico.
De acuerdo con las autoridades, el plan contempla que empleados públicos comiencen sus labores a horas diferenciadas, y se ha hecho un llamado al sector privado y a las instituciones educativas para que se sumen a esta estrategia.
Aunque la medida ha sido bien recibida por sectores empresariales y expertos en movilidad urbana, muchos la consideran solo un primer paso. Urbanistas y economistas coinciden en que si no va acompañada de un plan integral de transporte público eficiente, políticas de control del crecimiento vehicular y una reestructuración vial inteligente, su impacto será limitado.
Organizaciones sociales y expertos en sostenibilidad urgen al Gobierno a convertir esta medida en el punto de partida para una reforma nacional de movilidad que incluya inversión en transporte colectivo, mayor uso de bicicletas, peatonalización de zonas clave y políticas urbanas sostenibles.
La pregunta clave ahora es si este cambio horario será el inicio de un rediseño urbano integral o simplemente un intento más de contener un caos que lleva años en expansión.