
Al escuchar al vocero de la Presidencia y director de Estrategia y Comunicación Gubernamental, Félix Reyna, anunciar que este sábado será entregado ante la Procuraduría General de la República un informe con hallazgos de presuntas irregularidades detectadas en el SENASA, se impone reconocer que estamos ante una acción que dignifica la política y fortalece la institucionalidad.
Es aplaudible que el presidente Luis Abinader no haya ejercido ningún tipo de presión para ocultar este caso, aun tratándose de que en el caso está envuelto una figura que en su momento le brindó respaldo en su camino al poder. Esa firmeza confirma lo que Abinader prometió desde el inicio de su gestión: no interferir en la justicia ni favorecer lo mal hecho. Al contrario, su decisión es que el país conozca toda la verdad y que los órganos competentes actúen con independencia y transparencia. En ese gesto, el presidente se engrandece.
De igual manera, merece destacarse el papel sereno y responsable del vocero presidencial. En Félix Reyna la ciudadanía percibe a un portavoz ecuánime, cargado de credibilidad, que comunica sin estridencias ni protagonismos innecesarios. Su estilo transmite paz y confianza, cualidades de un valor incalculable cuando se trata de enfrentar crisis inevitables en cualquier gobierno. Una vocería que carezca de estas virtudes puede distorsionar el mensaje oficial; en cambio, con Reyna se logra claridad, equilibrio y respeto hacia la ciudadanía.
Este portal, comprometido con informar, analizar y reconocer las acciones de las instituciones públicas y de sus funcionarios, considera justo destacar lo evidente: por un lado, aplaudir al presidente Abinader por su decisión rápida y sin favoritismos frente a las irregularidades en SENASA; y, por otro, reconocer al propio mandatario por haber confiado en un vocero que encarna la calma y la credibilidad necesarias para sostener la comunicación presidencial en tiempos de retos y exigencias.