EDITORIAL – EN LONDRES BAUTIZAN COMO MÉTODO D’ AZA los éxitos del presidente de la Liga Municipal a favor de los gobiernos locales.

En la vibrante ciudad de Londres, durante la XXII Reunión Anual del Comité Directivo de la Red Global de Centros Formativos (CIFAL) del Instituto de Naciones Unidas para la Formación Profesional y la Investigación (UNITAR), el presidente de la Liga Municipal Dominicana (LMD), Víctor D’Aza, se convirtió en uno de los protagonistas más influyentes del encuentro global que reunió a delegaciones de 29 países comprometidos con el fortalecimiento de los gobiernos locales y la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 

Lo que en principio era la presentación de resultados y proyecciones para el plan estratégico 2026 terminó, sin embargo, en una auténtica reafirmación mundial del municipalismo dominicano. La exposición de D’Aza, centrada en el rol crucial de los gobiernos locales como actores insustituibles del desarrollo sostenible, no pasó desapercibida. Más que un discurso, fue una propuesta práctica y visionaria sobre cómo empoderar a los municipios para responder eficazmente a las demandas ciudadanas, contribuir al cumplimiento de los ODS y fortalecer la gobernanza desde la base de la sociedad. 

Tal fue la claridad, el impacto y la profundidad del mensaje que muchas delegaciones internacionales presentes, tras escuchar los testimonios de éxito dominicanos, no dudaron en bautizar este enfoque como el “Método D’Aza a favor de los gobiernos locales”. Esta denominación —más que un título honorífico— simboliza un modelo de gestión municipalista reconocido globalmente por su enfoque sistémico, participativo y sostenible. El “Método D’Aza” resume la idea de que el fortalecimiento del poder local no es una opción política, sino una condición estructural del desarrollo sostenible que debe ser adoptada por los países que aspiran a un crecimiento equitativo e inclusivo. 

¿Por qué motivo la estrategia defendida por D’Aza ha generado tal resonancia internacional? Porque va más allá de la retórica tradicional sobre descentralización. Su propuesta pone en el centro la capacitación continua, la participación comunitaria, la innovación en la gestión pública local y la integración de los gobiernos municipales en las agendas globales de desarrollo. Esta visión fue detallada durante su intervención en Londres, donde no solo enfatizó la importancia de los gobiernos locales para los ODS, sino también su papel como la primera línea de respuesta a las demandas sociales, y muchas veces, la última en contar con los recursos necesarios para hacerlo. 

Reconocimientos internacionales como este son un reflejo del liderazgo efectivo que D’Aza ha consolidado en la escena municipalista global. No es casualidad que organizaciones como UNITAR y la Red Global CIFAL cuenten con el aporte dominicano como ejemplo de mejores prácticas para la formación de líderes y autoridades locales. La afirmación del “Método D’Aza” como referencia internacional indica también que las experiencias dominicanas, lejos de ser casos aislados, son parte de una tendencia global de gobernanza local eficiente y transformadora. 

Este reconocimiento debe ser motivo de orgullo para la República Dominicana, pero también de reflexión para nuestras instituciones públicas y sociedad civil. Si hoy la comunidad internacional valora estos enfoques, es porque demuestran con hechos —y no con promesas— que los municipios pueden ser motores de desarrollo integral cuando se les dota de las herramientas, la formación y el compromiso necesarios.

En definitiva, bautizar los éxitos de Víctor D’Aza como “Método D’Aza a favor de los gobiernos locales” no solo honra su trayectoria y pensamiento municipalista, sino que también coloca a la República Dominicana en la vanguardia de la gestión pública local dentro de la agenda global.

Finalmente  , este editorial del portal privado oficial en informar el accionar de las instituciones públicas y de sus funcionarios , desea que este reconocimiento inspire a nuestros líderes a continuar fortaleciendo el municipalismo como columna vertebral de un desarrollo sostenible, equitativo y participativo para todos nuestros ciudadanos. 

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