
Semanas atrás ocurrió un hecho en la República Dominicana que muchos no han evaluado en toda su magnitud, pero cuyo alcance trasciende lo coyuntural y se proyecta hacia el futuro del trabajo en toda la región. Sin discursos estridentes, sin espectáculos mediáticos, el ministro de Trabajo, Eddy Olivares Ortega, logró que el país se convirtiera en el epicentro del diálogo social de las Américas, al encabezar exitosamente la 20ª Reunión Regional Americana (RRA) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebrada en Punta Cana.
Mientras otros buscan titulares, Olivares obtiene resultados concretos. Bajo su liderazgo, el encuentro culminó con la Declaración de Punta Cana, un documento histórico que define la hoja de ruta laboral para el continente, basada en tres pilares esenciales: transición hacia la formalidad, protección universal y fortalecimiento institucional. No se trata solo de palabras, sino de compromisos que apuntan al corazón de los desafíos que viven las economías latinoamericanas.
En esa declaración también se destacó algo que merece especial atención: el reconocimiento explícito al Gobierno dominicano encabezado por Luis Abinader, y el papel protagónico del ministro Olivares en la organización y conducción del evento. La OIT, en voz de su director general Gilbert F. Houngbo, elogió el alto nivel organizativo, la efectividad del nuevo formato y la capacidad de convocatoria de la República Dominicana, que logró reunir consensos en temas tan complejos como la igualdad de género, la migración laboral y las oportunidades para la juventud.
Merece destacarse el estilo de gestión de Eddy Olivares: sobrio, técnico, perseverante y enfocado en resultados. Sin estridencias, ha logrado posicionarse como uno de los funcionarios más activos y efectivos del gobierno dominicano, articulando avances donde muchos solo ven burocracia.
El evento de Punta Cana no fue simplemente una reunión. Fue una demostración de liderazgo moderno, basado en el diálogo, la visión de largo plazo y la credibilidad institucional. Olivares no solo presidió la cumbre: le dio propósito, contenido y dirección, consolidando a la República Dominicana como una voz respetada en el ámbito laboral internacional.
En este editorial del portal privado oficial para informar y reconocer las acciones de las instituciones públicas y sus funcionarios , debemos destacar que en estos tiempos donde el ruido suele confundir la eficacia, Eddy Olivares avanza sin hacer alarde, pero con resultados que hablan por sí solos. Esa es, precisamente, la clase de liderazgo que necesita el país para seguir transformando su realidad con pasos firmes y silenciosos, pero imborrables.