
En un encuentro sin precedentes recientes, el presidente Luis Abinader se reunió este martes en el Palacio Nacional con varios expresidentes de la República Dominicana para analizar exclusivamente el impacto de la creciente crisis en Haití sobre la seguridad nacional y el control migratorio.
La reunión, celebrada a puerta cerrada, forma parte de una serie de consultas estratégicas impulsadas por el Ejecutivo ante el deterioro acelerado de la situación política, social y humanitaria en el país vecino. Fuentes del Gobierno indicaron que el diálogo se centró en definir posiciones comunes y reforzar las acciones de Estado para enfrentar los riesgos que supone la inestabilidad haitiana.
“La República Dominicana no puede enfrentar sola una crisis que tiene profundas implicaciones regionales. Esta reunión busca fortalecer una respuesta institucional unificada, con el aporte de quienes han liderado el país en momentos clave”, expresó un alto funcionario vinculado al proceso, que pidió reserva de su identidad.
Entre los temas discutidos destacaron el reforzamiento del control fronterizo, las medidas para frenar la migración irregular, el impacto económico del fenómeno migratorio y la necesidad de redoblar los esfuerzos diplomáticos ante organismos internacionales para impulsar una solución a la crisis haitiana.
Aunque no se ofrecieron declaraciones oficiales al término del encuentro, se informó que los expresidentes expresaron su respaldo a las iniciativas del Gobierno y coincidieron en la urgencia de mantener la estabilidad interna frente a un entorno externo cada vez más incierto.
La violencia de pandillas, el colapso institucional y el vacío de poder en Haití han desatado una oleada migratoria hacia territorio dominicano, generando preocupación en sectores sociales, empresariales y de seguridad. La administración Abinader ha respondido con medidas de contención, operativos de deportación y la construcción de una verja perimetral inteligente en la frontera.
Esta reunión con antiguos jefes de Estado marca un hito en la construcción de una política de largo plazo ante una crisis que, según expertos, podría tener efectos prolongados en la región.